Desafortunadamente, el término relación tóxica es más popular que relación nutritiva; no obstante, y pese a que en este escrito usaremos las frases “relación tóxica” o “persona tóxica”, específicamente para describirlas, usarlas directamente con alguien es peyorativo y no le contribuye a sanar y mejorar la interacción con los demás.

Una relación tóxica está formada por una persona que daña con sus actitudes, palabras, acciones y omisiones, y otra que recibe el daño de forma consciente o inconsciente; en otras palabras, una parte destruye y la otra lo permite.
Una persona es tóxica porque la intoxicaron en sus más tiernos años y aprendió a romper, patear, golpear, descomponer, ensuciar, destruir, etcétera, y no puede controlarse, pese a que lo anhela e intenta; es lo mejor o lo único que aprendió. Suelta su amargura e inyecta el veneno que ha acumulado a lo largo de años, consciente o inconscientemente.
La persona que permite que le hagan daño está tan intoxicada como quien la lastima, solo que aprendió a no defenderse; lo que la psicología positiva llama indefensión aprendida o impotencia aprendida, que es cuando la persona doblega su voluntad ante la pérdida total de esperanza de controlar la situación que le genera un daño; por eso juega el papel de víctima.

Las relaciones tóxicas existen y no tan fácilmente se terminan porque las partes se complementan. El maltratador sufre: tiene miedo, ira, tristeza, una herida abierta, y además aprendió a lastimar. El maltratado tiene exactamente lo mismo, pero aprendió a no defenderse y, además, debido a su baja o nula autoestima, tiene apego a esa relación, aunque sea nociva; está convencido de que vale tan poco o nada, que tiene lo que merece y prefiere eso a estar solo.
Si conocemos a una persona en estas circunstancias, sea agresora o agredida, antes de enjuiciarla con el término peyorativo “tóxica”, comprendamos que es un ser humano que tuvo una infancia y/o adolescencia difícil, que necesita ayuda integral aquí y ahora; sobre todo, que es posible que sane.
Relación nutritiva
Si lo que nos intoxica nos enferma y nos hace sentir y actuar mal; lo que nos nutre nos empodera y nos hace sentir y actuar bien.
Las relaciones nutritivas son aquellas en las que las partes que la conforman tienen un crecimiento continuo y un bienestar permanente. Sus integrantes son personas libres y asertivas dentro y fuera de esa interacción; se sienten tan bien todo el tiempo, que siguen construyendo para sí mismas, para la contraparte y para la relación misma.
Las relaciones tóxicas o nutritivas se dan primero al interior de la familia: padres e hijos, hermanos y otros integrantes; luego entre amigos o compañeros de escuela y con una pareja sentimental. Finalmente, se llevan al trabajo; en este terreno, es indispensable que la compañía y el departamento de recursos humanos fomenten relaciones nutritivas entre sus colaboradores por medio del clima y cultura organizacional.
Es posible que toda relación sea nutritiva desde su origen, si desde el principio se sientan las bases y los valores con los que se llevará a cabo, y los involucrados los respetan. O bien, puede una relación tóxica cambiar a nutritiva si sanan las personas y se reescriben, rediseñan o restablecen las condiciones en las que en adelante llevarán esa nueva interacción.
Las relaciones nutritivas requieren permanentemente respeto, comunicación, confianza, tolerancia, paciencia, amor, etcétera; así como el conocimiento, valoración y aceptación a la otra persona. Pero, recordemos que no podemos dar lo que no tenemos. Para mantener esos valores y elementos en una relación, debemos haberlos desarrollado primero en nuestra persona, sólo así seremos capaces de sostenerlos en todo momento: en tiempos de bonanza y escasez.
Las personas que interactúan en una relación en la que dan y reciben constantemente comunicación, respeto, aceptación, confianza, seguridad, reconocimiento, amor, contención emocional cuando se requiere, etcétera, se sienten permanentemente:
Amadas, aceptadas y respetadas
Confiadas, tranquilas y plenas
Llenas de energía y salud
Relajadas, fluidas y felices
Son y dejan ser
Tienen mayor enfoque en lo positivo, mayor rendimiento y son más productivas
Son propositivas
Son personas íntegras
¿Cómo lograr una relación nutritiva?
Antes de iniciar una relación de cualquier tipo es mejor trabajar en nosotros de la siguiente manera, por y para nuestro bienestar, mismo que llevaremos en lo posterior a donde sea que vayamos:
Descubre y sana tus heridas desde la raíz. Esto es óptimo con terapia emocional
Toma el control de las tres áreas maestras de tu vida: salud, amor, finanzas
Inyéctate energía positiva diariamente haciendo lo que más te gusta
Recarga pilas a diario con nutrición, sueño y descanso reparador, y ejercicio
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